No Code. Más estrategia que tecnología.
Una de las tendencias tecnológicas de estos últimos años es la aparición de múltiples herramientas capaces de crear soluciones de software sin la necesidad de saber escribir código, ya que estas herramienta se encargan de hacerlo a partir de las instrucciones que les vayamos dando.
Ya sea que necesites crear herramientas internas o un complejo sitio web de comercio electrónico, con el diseño y las funcionalidades que se te antojen, encontrarás un “asistente” dispuesto a seguir al pie de la letra tus órdenes.
Y aquí los primeros dilemas. ¿Cualquiera está preparado para pedirle lo correcto a esos asistentes?.
Que estas herramientas se encarguen de escribir el código y guiarte en el proceso, no significa que no haya que conocer muchas cuestiones, tras bambalinas, sobre “tecnología” y otras áreas, para crear una solución mediante un asistente.
Además de asuntos “técnicos” sobre lo que ocurre detrás de lo que generan estas herramientas, hay cuestiones estratégicas en cada proyecto, dónde alguien debe decidir que decir y como decirlo (textos, multimedia, identidad, etc.), además de las funcionalidades que se desean implementar. Y la tecnología disponible actualmente, no puede resolver esos temas con “altura” … todavía.
Puedo intuir que en un futuro, no demasiado lejano, una entrevista realizada por alguna inteligencia artificial lo suficientemente entrenada podrá tomar mejores decisiones en cuanto a muchos de esos aspectos. Pero también es cierto que cuando eso pase y cualquiera pueda generar contenidos y mensajes de calidad óptima, esto dejará de ser un diferenciador y las marcas tendrán que subir a otro nivel.
Es importante entender que un asistente es solo eso, y que aun se requieren conocimientos técnicos profundos y experiencia en cada materia subyacente, como diseño, escritura, comunicación, procesos, sistemas, bases de datos, y un largo etcétera, para que realmente se los pueda aprovechar como lo que son o para lo que nacieron que es agilizar y simplificar el trabajo para no tener que reinventar la rueda cada día.
Otro punto que siempre está en el centro de este debate, es si pueden estas soluciones convertirse en la base de un emprendimiento tecnológico, los inversores opinan que no tiene demasiado sentido invertir en un emprendimiento “tecnológico” en el que todo lo que hay debajo es de otro, y en cierto modo es verdad que es demasiado arriesgado. La realidad es que tampoco es posible actualmente crear el próximo unicornio escribiendo desde la primera línea de código, a la mañana siguiente de la que se te ocurre una idea, por que antes tendrás que validar miles de cuestiones, y para ello si que te pueden ayudar estas herramientas.
Otras empresas, gigantes por cierto, en las que su “foco” no pasa por convencer a nadie sobre la propiedad de la tecnología o herramientas que utilizan para gestionar su infraestructura digital, su marketing y todo lo demás, pueden descansar y confiar sus procesos a soluciones desarrolladas por empresas especializadas en este tipo de herramientas y ganar mucha agilidad, tiempo y seguridad confiando en ellas. Y en este caso, para la mirada de un inversionista, el riesgo incluso disminuye.
Estas herramientas NO son para reemplazar el trabajo de un profesional, al contrario, son para hacer más eficiente el trabajo de un profesional. Aunque no te las vendan de ese modo. El mensaje, en todos los casos, es que ahora “cualquiera” puede diseñar, crear videos, armar un sitio de comercio electrónico, automatizaciones, o incluso un robot, sin conocimientos técnicos y en cinco minutos. Nada mas alejado de la realidad.
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